La estética del Realismo,
fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un
documento que nos pueda servir de testimonio sobre la sociedad de su época, a
la manera que la recién nacida fotografía. Por ello describe todo lo
cotidiano y típico y prefiere los personajes vulgares y corrientes, de los que
toma buena nota a través de cuadernos de observación, a los personajes
extravagantes o insólitos típicos del anterior Romanticismo. Esta estética
propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la moderación y
síntesis de cualquier contradicción, la objetividad y el materialismo.
En cuanto a los procedimientos
literarios del Realismo, son característicos el abuso de la descripción
detallada y prolija, el uso del párrafo largo y complejo provisto de abundante
subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular tal cual se
pronunciaba y sin corrección alguna que pretenda idealizarla y el uso de un
estilo poco caracterizado, un lenguaje "invisible" que exprese
objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.
En Colombia el Realismo tuvo como contexto histórico las guerras de fin de siglo XIX, la separación de Panamá y la organización social. Sus autores ven la novela como un espejo ofrecido a la sociedad para que se contemple a sí misma. Tomás Carrasquilla dijo: "La novela es un pedazo de vida, reflejado en un escrito por un corazón y por una cabeza".
TOMÁS CARRASQUILLA
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